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¿Cuál es el rol de un profesional de la gerontología en el cuidado de una persona mayor?

Cuando pensamos en el cuidado de personas mayores, solemos imaginar al personal de enfermería, al médico, a la persona cuidadora en casa o a los familiares. Pero hay otro perfil profesional, quizá menos visible, que cumple un papel fundamental: la o el gerontólogo.

La gerontología es el estudio integral del envejecimiento. A diferencia de la geriatría, que se enfoca en los aspectos médicos, la gerontología aborda las múltiples dimensiones del proceso de envejecer: lo físico, lo psicológico, lo social, lo cultural y lo ambiental. Su mirada no se limita a la enfermedad, sino que reconoce a la persona mayor como un ser completo, con historia, derechos, deseos y potencial.

Entonces, ¿cuál es el rol específico de una persona profesional en gerontología dentro del cuidado?

1. Evaluar desde una perspectiva integral

Una persona gerontóloga no solo observa signos clínicos, sino también el entorno, los vínculos familiares, el estado emocional y las condiciones sociales que rodean a quien envejece. Su trabajo parte de entender a la persona como parte de una red de relaciones e influencias, y no como un cuerpo aislado con síntomas.

Esto permite detectar factores de riesgo que podrían pasar desapercibidos, como aislamiento social, sobrecarga de la persona cuidadora, barreras físicas en el hogar o falta de acceso a servicios.

2. Diseñar planes personalizados de intervención

Desde el enfoque de atención centrada en la persona, la o el gerontólogo colabora en la creación de un plan de cuidado que respete la autonomía, los intereses y el proyecto de vida de la persona mayor. Esto puede incluir:

  • Recomendaciones para adaptar el hogar
  • Actividades para estimular la memoria, la movilidad o la interacción social
  • Orientación para promover el autocuidado
  • Apoyo para establecer rutinas significativas
  • Asesoría en toma de decisiones anticipadas

Este rol es clave para evitar la fragmentación del cuidado y promover una atención coordinada, con sentido humano.

3. Acompañar a la familia y a las personas cuidadoras

El envejecimiento no solo afecta a quien lo vive directamente, sino también a quienes lo rodean. Por eso, las personas gerontólogas también trabajan con familias: ofrecen orientación, contención emocional, información clara sobre el proceso de envejecimiento y estrategias para cuidar sin agotarse.

Este acompañamiento es especialmente valioso cuando hay un diagnóstico de deterioro cognitivo, dependencia o transición hacia nuevas etapas de la vida.

4. Promover entornos amigables con la vejez

Una mirada gerontológica también apunta más allá del individuo: hacia el entorno físico y social. En el cuidado cotidiano, esto se traduce en adaptar espacios, eliminar riesgos, facilitar la movilidad, pero también en generar condiciones que favorezcan la participación, el respeto y la inclusión.

“El cuidado de largo plazo requiere una respuesta multisectorial, centrada en la persona y basada en la comunidad.”
Organización Mundial de la Salud, 2021

En Gericare, trabajamos con una mirada gerontológica

En Gericare sabemos que cuidar no es solo atender necesidades, sino acompañar trayectorias de vida. Por eso, contamos con profesionales en gerontología que forman parte de nuestros equipos, acompañan a las familias y fortalecen nuestra RedGericare con orientación experta, humana y contextualizada.

Si cuidas a una persona mayor y necesitas guía, acércate a nosotros. El cuidado informado, coordinado y respetuoso empieza por comprender el envejecimiento en todas sus dimensiones.

Referencias

  • Organización Mundial de la Salud (2021). Global Report on Ageism
  • CEPAL (2022). Envejecimiento y los sistemas de cuidado en América Latina y el Caribe

Instituto Nacional de Geriatría (México, 2023). Perfil del profesional gerontólogo en el cuidado comunitario

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