Las personas con demencia, presentan un conjunto de alteraciones que afectan el aspecto cognitivo y también al no cognitivo, expresándose como síntomas conductuales y de estado de ánimo.
Cualquier tipo de intervención en el campo de las demencias persigue, a grandes rasgos las siguientes metas:
- Retrasar el deterioro
- Recuperar funciones cognitivas perdidas o mantener las conservadas
- Mejorar el control de los síntomas conductuales
- Conservar las actividades de la vida diaria (AVD)
- Aumentar la calidad de vida del binomio enfermo-cuidador
Intervenciones no farmacológicas
Los modelos psicosociales de intervención, están orientados a las emociones y tienen como objetivo principal el de compensar el déficit o rehabilitar las funciones alteradas, apartándose de otros modelos tradicionales de intervención como los sanitarios y meramente rehabilitadores.
Es importante empezar a considerar aquellas estrategias de intervención que valoren las experiencias subjetivas y el modo individual de afrontar las consecuencias de la enfermedad de la persona con demencia, presentando una serie de características comunes que facilitan su agrupación:
- Tienen un enfoque personalizado de las estrategias terapéuticas;
- Ponen especial énfasis en la validación del enfermo, atendiendo y potenciando su autoestima;
- Abordan mediante un enfoque multidimensional,los problemas conductuales.
La American Psychiatric Association (APA) ha clasificado en cuatro grupos los diferentes tipos de intervención psicosocial:
- Terapias de aproximación emocional: son terapias como la reminiscencia, que estimulan la memoria y el estado de ánimo del paciente en el contexto de su historia de vida.
- Terapias de aproximación conductual: estos tratamientos tratan de identificar las causas y consecuencias de las conductas problemáticas para planificar cambios en el entorno que minimicen estas conductas y sus consecuencias de conductas problemáticas para planificar cambios en el entorno que minimicen estas conductas y sus consecuencias.
- Terapias de aproximación cognitiva: incluyen la terapia de orientación a la realidad o la psicoestimulación cognitiva.
- Terapias de aproximación a la estimulación: son tratamientos que incluyen actividades o terapias recreativas (juegos, mascotas), así como terapias artísticas y otras (musicoterapia, arteterapia, danzoterapia). Los estudios clínicos sugieren que estos tratamientos se asociaron a mejoras en cuanto a la cognición, función y estado de ánimo.
- Terapias dirigidas a los cuidadores: incluyen psicoterapia de apoyo, grupos de soporte ofreciendo ayuda educacional y emocional.
En conclusión, la facilitación de tareas adecuadas a sus necesidades y la atención personalizada, ayuda a las personas con demencia a validar sus sentimientos y mejoran su estado de ánimo al tiempo que le animan a continuar participando en las actividades propuestas o realizar otras nuevas. En definitiva, elegir tareas adecuadas conociendo el estado cognitivo y funcional del paciente, evitará exponerse a situaciones estresantes e innecesarias que provocan frustración y respuestas indeseables.
Fuentes:
Boada, M. y Tárraga, L. (2006). “Vejez y demencias” en Psicología de la vejez., pp. 375, 376 Alianza Editorial, Madrid.
Muñiz, R. y Olazarán, J. (2013). Mapa de Terapias no Farmacológicas para demencias tipo Alzheimer. http://www.crealzheimer.es/InterPresent2/groups/imserso/documents/binario/mapayguainiciacintnfalzhparapr.pdf