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Modelos psicosociales y estrategias no farmacológicas para la atención a las demencias

Las personas con demencia, presentan un conjunto de alteraciones que afectan el estado cognitivo, expresándose en algunos casos, con síntomas conductuales y de estado de ánimo. 

Cualquier tipo de intervención para tratar los diversos tipos de demencias, persigue a grandes rasgos los siguientes objetivos: 

  1. Retrasar el deterioro
  2. Recuperar funciones cognitivas perdidas o conservar las que se tienen.
  3. Mejorar el control de los síntomas conductuales
  4. Conservar las actividades de la vida diaria (AVD)
  5. Aumentar la calidad de  vida de las personas que las padecen y de quienes las cuidan.

Intervenciones no farmacológicas 

Los modelos psicosociales de intervención, están orientados en las emociones y tienen como objetivo principal tratar el déficit  o rehabilitar las funciones alteradas, apartándose de otros modelos tradicionales de intervención como los sanitarios y meramente rehabilitadores. 

Es importante considerar aquellas estrategias de intervención que valoren las experiencias subjetivas y el modo individual de afrontar la enfermedad, presentando características comunes que faciliten su aplicación, como las siguientes: 

  • Que cuenten con un enfoque personalizado de las estrategias terapéuticas.
  • Que se ponga especial énfasis en la validación de las experiencias y opiniones de la persona, atendiendo y potenciando su autoestima.
  • Que  los problemas conductuales sean abordados mediante un enfoque multidimensional.

La American Psychiatric Association (APA) ha clasificado en cuatro grupos los diferentes  tipos de intervención psicosocial:

  1. Terapias de aproximación emocional: utilizan las reminiscencias, que estimulan la memoria y el estado de ánimo desde su historia de vida.
  2. Terapias de aproximación conductual: estos tratamientos se centran en identificar las causas y consecuencias de las conductas problemáticas para planificar cambios en el entorno que minimicen estas conductas y sus consecuencias de conductas problemáticas para planificar cambios en el entorno que minimicen estas conductas y sus consecuencias.
  3. Terapias de aproximación cognitiva: incluyen la terapia de orientación a la realidad o la psicoestimulación cognitiva. 
  4. Terapias de aproximación a la estimulación: son tratamientos que incluyen actividades o terapias recreativas (juegos, mascotas), así como terapias artísticas y otras (musicoterapia, arteterapia, danzoterapia). Los estudios clínicos sugieren que estos tratamientos se asociaron a mejoras en cuanto a la cognición, función y estado de ánimo.
  5. Terapias dirigidas a las personas cuidadoras: incluyen psicoterapia de apoyo, grupos de soporte ofreciendo ayuda educacional y emocional.

En conclusión, la facilitación de actividades adecuadas a las necesidades y la atención personalizada, ayuda  a las personas con demencia a validar sus sentimientos y mejoran su estado de ánimo, al tiempo que le animan a continuar participando en las actividades propuestas o realizar otras nuevas. En definitiva, elegir tareas adecuadas conociendo el estado cognitivo  y funcional, evitará exponerse a situaciones estresantes e innecesarias que provocan frustración y respuestas indeseables. 

Fuentes:

Boada, M. y Tárraga, L. (2006). “Vejez y demencias” en Psicología de la vejez., pp. 375, 376 Alianza Editorial, Madrid. 

Muñiz, R. y Olazarán, J. (2013). Mapa de Terapias no Farmacológicas para demencias tipo Alzheimer.

http://www.crealzheimer.es/InterPresent2/groups/imserso/documents/binario/mapayguainiciacintnfalzhparapr.pdf

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