1. Cuando una familia es numerosa, el ponerse de acuerdo para poder darle atención a un miembro que requiere cuidados suele ser complicado, lo más importante es abrir la comunicación familiar y lograr puntos de consenso, aprender a ceder, elegir un líder y tener en mente que el objetivo final es el bienestar de ese ser querido.

2. Si ha llegado el momento de tomar decisiones sobre su cuidado y su futuro, escucha a esa personas, toma en cuenta su opinión, sus preferencias y su historia de vida.

3. Si notas problemas de memoria, no des por hecho que es “normal”, acude con especialistas para realizar un diagnóstico.

4. Si ha llegado el momento en el que ya se le dificulta conducir un automóvil, acéptalo y ayúdale con cariño a aceptarlo también, suele ser una transición difícil. En la medida de lo posible bríndale claridad y honestidad sobre las razones.

5. A veces la dificultad principal para ayudar a un familiar, son los viejos sentimientos y rencores, reflexiona si esto te está sucediendo y busca ayuda.

6. Revisa los puntos de riesgo para caídas en casa y realiza las adaptaciones necesarias.  Una caída para una persona mayor puede significar un gran declive en su calidad de vida.

7. Busca opciones para su activación física, mental y social, lugares donde pueda convivir con más personas, donde vuelva a vivir experiencias nuevas y pueda mejorar su calidad de vida.

8. Cuando tengas una duda de cómo tratar a ese ser querido, pónte en su lugar, eso resuelve muchas inquietudes de una manera práctica y aterrizada.

Bárbara Diego Pérez
Psicogerontóloga
Directora y Fundadora de GERICARE