1. Obtener un diagnóstico claro.
Los síntomas del Alzheimer pueden aparecer de a poco. Si la persona goza de una buena salud, los comportamientos inusuales podrían pasar desapercibidos. Consulta a un médico cuando se presenten los primeros síntomas de la enfermedad. Al conocer el diagnóstico, podrás manejar mejor el presente y planear el futuro.

2. Buscar apoyos en la comunidad.
Investiga fuentes de ayuda en tu comunidad. Entre otros servicios comunitarios disponibles, hay centros de cuidado de adultos, asistencia en el hogar y enfermeras a domicilio. Recuerda que obtener ayuda significa solamente que una sola persona no tendría que hacer todas las actividades sola; y no que se está desentendiendo de la situación.

3. Informar y educar al resto de su familia.
Conforme la enfermedad avanza el tipo de cuidados que se requieren van cambiando. El contar con información clara sobre las etapas de la enfermedad y cómo enfrentarlas reduce el nivel de estrés que vive la persona que cuida. Busca grupos de apoyo y asociaciones locales que brinden cursos e información.

4. No al aislamiento.
Responsabilizarse de esta tarea es desgastante y es fácil caer en la soledad. Busca y acepta la ayuda de familiares y amigos. Recuerde que también existe el servicio de cuidadoras profesionales que pueden ayudar a cuidar a ese ser querido.

5. Cuidar la propia salud.
Poner atención a tu propia situación: vigila tu dieta, haz ejercicio y descansa lo suficiente. Busca tiempo libre para ir al cine o encontrarse con un amigo. Las personas que tienes cerca, y aún su ser querido con Alzheimer, desean que tú te cuides. 

6. Descansar.
La fatiga puede causar problemas físicos (vista borrosa, irritación estomacal, alta presión arterial) y cambios del comportamiento (irritabilidad, falta de concentración, pérdida de apetito). Usa técnicas de relajación y consulta al médico.

7. Acepta los cambios.
Las personas con Alzheimer cambian y también sus necesidades. Requieren cuidados mayores de los que puedas proporcionarle en casa. Investiga todas las opciones sobre cuidado de personas, esto facilitará esos cambios a medida que vayan sucediendo.

8. Planifica asuntos legales y financieros.
Consulta a un abogado y discutan temas relacionados con testamentos, futura atención médica, vivienda, seguro médico a largo plazo y otras consideraciones. El planear estos asuntos ahora, evitará problemas después. Es recomendable que todos los involucrados participen.

9. Ser realista.
El cuidado que brindas es de suma importancia. Ni tú, ni la persona con Alzheimer pueden controlar muchas de las circunstancias relacionadas con la enfermedad. Es lógico que se sientan invadidos por un sentimiento de pérdida y dolor, pero es importante concentrarse en los momentos positivos y disfrutar los buenos recuerdos.

10. Reconocer el esfuerzo y no sentirse culpable.
Eres humano. Ocasionalmente puedes perder la paciencia y sentir imposibilidad de proporcionar el cuidado necesario. Reconoce tu propio mérito: tu ser querido te necesita y estás allí. Ese es un motivo para sentir orgullo. 

Por Bárbara Diego,
Psicogerontóloga, Neuropsicóloga Geriátrica.