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¿Qué hacer cuando mi familiar con Alzheimer no quiere comer?

Una de las situaciones más angustiantes para quienes cuidan a una persona con Alzheimer es ver cómo, poco a poco, comienza a rechazar los alimentos. ¿Por qué sucede? ¿Es parte de la enfermedad? ¿Qué podemos hacer sin forzar, pero sin dejar de nutrir?

Perder el apetito o mostrar resistencia a la comida es común en etapas intermedias y avanzadas del Alzheimer. No se trata solo de un cambio físico, sino de una combinación de factores: dificultad para reconocer los alimentos, alteraciones del gusto y el olfato, problemas para masticar o tragar, ansiedad o simplemente confusión frente al acto de comer.

Entender desde la atención centrada en la persona

El enfoque de atención centrado en la persona, ampliamente respaldado por organizaciones como la OMS y expertos como Tom Kitwood, nos invita a recordar que detrás del diagnóstico sigue habiendo una persona con historia, gustos, emociones y dignidad. Comer no es solo un acto biológico: es también social, afectivo y simbólico.

“Cuidar desde este enfoque significa respetar los ritmos, preferencias y formas de la persona, incluso si ya no puede expresarlas con claridad.” (Kitwood, 1997)

¿Qué puede estar pasando?

Antes de asumir que “no quiere comer”, es importante observar e identificar posibles causas:

  • Problemas dentales o de prótesis: pueden causar dolor al masticar.
  • Alteraciones en el gusto o el olfato: los sabores pueden percibirse diferente o desagradables.
  • Ambientes ruidosos o caóticos: pueden generar confusión o desorientación.
  • Depresión o ansiedad: también presentes en algunas etapas de la enfermedad.
  • Fatiga cognitiva: si ha tenido un día muy agitado, puede no tener energía para comer.

Un primer paso siempre debe ser consultar con un profesional de salud para descartar causas médicas o físicas.

Estrategias amables y efectivas

Estas son algunas estrategias útiles, basadas en evidencia y experiencia:

  • Ofrecer porciones pequeñas con mayor frecuencia durante el día.
  • Usar platos de colores contrastantes para facilitar la identificación de los alimentos.
  • Evitar distracciones (televisión, muchas personas hablando) durante las comidas.
  • Servir alimentos conocidos y reconfortantes, que hayan sido de su agrado en el pasado.
  • Estimular con olores agradables que despierten el apetito: el aroma del pan tostado o el café puede ser más efectivo que una orden verbal.
  • Comer juntos, haciendo del momento algo social y tranquilo.

Y sobre todo: evitar regañar, presionar o insistir de forma agresiva. El momento de la comida debe ser una experiencia positiva, no una fuente de estrés.

“No se trata de lograr que coma ‘como antes’, sino de acompañar este nuevo proceso con respeto, cariño y adaptación.” (Alzheimer’s Disease International, 2021)

No estás sola, no estás solo

En Gericare sabemos que cuidar no debe ser una carga solitaria. Por eso creamos RedGericare, una red de apoyo para familias cuidadoras donde puedes compartir tus dudas, recibir asesoría profesional y conectar con otras personas que atraviesan situaciones similares.

Porque cuidar también es cuidarte. Y porque nadie debería enfrentar el Alzheimer sin acompañamiento.


Referencias:

  • Alzheimer’s Disease International (2021). Nutrition and Dementia: A Practical Guide.
  • Kitwood, T. (1997). Dementia Reconsidered: The Person Comes First.

Organización Mundial de la Salud (2021). Guidelines on Integrated Care for Older People (ICOPE).

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