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2015: Crónica Tarde Bohemia
Alrededor de 30 adultos que rondan los 80 años de edad asisten a la Tarde Bohemia, un recital en el que reviven música de antaño.
Página blanca fue mi corazón /
Donde escribimos una página de amor /
Tu nombre fue /
Dulce alivio para mi dolor /
Y yo sé que ya nunca jamás /
Te olvidaré.
Tal vez a muchos jóvenes y quizá adultos esta letra no les diga nada. Se trata de “Página Blanca”, una melodía que en los 40 el trío Los Panchos hizo popular y que al llegar a oídos de abuelos y abuelas arranca en ellos sonrisas de emoción y aplausos al recuerdo.
En un miércoles, a las 5pm. Poco a poco, a la amplia sala de una residencia en la Colonia Del Valle llegan espectadores a quienes los años han debilitado su mirada, su caminar y su piel, pero no su corazón y ganas de gozar la vida.
Son alrededor de 30 adultos que rondan los 80 años de edad los que arriban a la Tarde Bohemia, un recital en el que revivirán aquella música que los acompañó en su juventud, en el primer beso, el primer baile o el primer amor.
El espacio existe desde hace apenas un par de meses, cuando Gericare, una clínica especializada en servicios geriátricos y gerontológicos, decidió ofrecer semanalmente y de manera gratuita un momento de entretenimiento a los adultos mayores.
Cada miércoles, hombres y mujeres de la cuarta edad gozan no sólo de los acordes de guitarra que generan recuerdos y los impulsan a cantar a todo pulmón, sino también de una hora y media de convivencia entre quienes comparten toda una época.
En los cancioneros que se distribuyen entre los asistentes hay temas como”Tres Regalos”, “El Rey”, “Luna de Octubre”, “Ojos Verdes”, “La Flor de la Canela” y hasta el “Corrido de Monterrey”. También canciones de inmortales como Agustín Lara, Pedro Infante y Chabuca Granda.
Pero la tardeada no se limita a escuchar interpretaciones y cantar en grupo. Hay quienes se animan y toman el micrófono para “echarse un palomazo”o, ¿por qué no?, amenizar con algún chiste la reunión.
Laura Montemayor es una de las más animadas esta tarde. Y cómo no, cumple 65 años de casada, pero decidió que, antes de la misa de acción de gracias por su matrimonio, pasaría un rato con sus nuevos amigos.
“Nos casamos a las ocho de la mañana en el (templo del) Sagrado Corazón de Jesús”, recuerda con claridad y alegría esta vecina de Mitras, de 83 años de edad.
Laura cuenta que acude a esta Tarde Bohemia por invitación de Purita, su mejor amiga.
“Yo la veía tan contenta al venir aquí. Es un hermoso lugar. Aquí son muy educados, muy ilustrados, generosos”, expresa.
En mi vida hay una eterna sombra verde /
Que dejará tu mirada verde mar /
Esa sombra ni se aleja ni se pierde /
Marca el rito de mi paso al caminar…
El músico y guitarrista interpreta “Sombra Verde”, de Luis Arcaraz.
“¡Ésa no, porque me matas!”, es el grito repentino que provoca risas.
Viene de don Francisco Antonio Vite, un médico de 94 años de edad quien hace tres meses dejó su natal Tampico para mudarse a Monterrey con su hija y sus nietos. Perdió a su mujer cinco años atrás.
“Ya tengo como un mes viniendo por aquí”, dice.
“Es una alegría muy grande porque no se puede uno sentir solo encontrando compañeros de nuestra edad, charlando, platicando, hace uno nuevas amistades”.
Gericare no es un asilo. Ofrece cuidados, así como clases, actividades y ejercicios físicos y mentales a personas mayores, lo cual tiene un costo; sin embargo, la tarde de música está abierta a la comunidad, explica Bárbara Diego, psicóloga geriátrica y cofundadora.
“El escuchar la música de una época preciada de la vida promueve la reminiscencia y es a la vez un gran ejercicio para la memoria”, explica la también psicogerontóloga.
“Además, genera un mejor estado de ánimo, previene la depresión y estimula ciertas áreas cerebrales relacionadas con la sensación de bienestar”.
En el plano geriátrico, detalla Diego, la reminiscencia es una actividad mental que permite al sujeto reafirmar su autoestima cuando sus capacidades psicofísicas y relacionales comienzan a perder vitalidad.
A Nora S. de Guzmán esta actividad le abrió las posibilidades para pasar las tardes.
“Siempre estaba en mi casa, leyendo, viendo televisión. Vine la primera vez y me encantó, además vengo a una clase de memorizar y un poco de actualidad, de cultura”, cuenta.
La acompaña su hija, Nora Guzmán, quien resalta la importancia a este tipo de actividades ante los avances médicos que permiten a las personas cada vez vivir más.
“Qué mejor que vivir esos años con mucho entusiasmo. No estar solo, sino acompañado”, comenta.
Y es que en la Tarde Bohemia se encuentran experiencias, aprendizajes y buena compañía.
“Vienen más mujeres que hombres”, cuenta Ana Bleiberg, psicoterapeuta cofundadora de Gericare.
“Recuerdo que una señora llegó y estaba sólo un señor. La señora dijo, en broma: ‘¡Yo lo pido para mí!’”, relata.
A las 6:30pm el concierto termino. Los familiares llegan por los abuelos. Algunos se despiden, pero otros no querían irse. Deseaban seguir con la conversación, con los recuerdos que cada miércoles los hacen reír y cantar. Que los llenan de vida.
Por Daniel Santiago, periódico El Norte