Los cambios cognitivos son comunes durante el envejecimiento, sin embargo, no todos son normales.
Al envejecer el cuerpo y la mente van cambiando. Llegada la tercera edad es normal tener un poco más de dificultad para recordar rápidamente ciertas cosas, encontrar las llaves o los nombres de los nietos. Sin embargo, sólo es normal hasta cierto punto.
En un extremo se encuentran las demencias, que generan deterioros cognitivos muy marcados y la persona se vuelve dependiente de otros para realizar actividades cotidianas. Por otro lado, está el envejecimiento normal, con un leve deterioro de las funciones cognitivas, pero dentro de lo esperado para tu grupo de edad.
En medio de ambas, está el deterioro cognitivo leve, dónde hay un declive en el funcionamiento cognitivo por debajo de lo esperado para el grupo de edad y escolaridad, pero se mantiene la independencia de la persona para realizar sus actividades cotidianas.
Este declive resulta obvio para quien lo padece y para sus seres cercanos, lo cual comúnmente genera quejas sobre dificultades para recordar, etc.
El deterioro cognitivo leve significa en su gran mayoría problemas de memoria, pero también puede haber deterioro en otras áreas, como problemas para realizar operaciones matemáticas con las que no se batallaba antes, o problemas de lenguaje, orientación, planeación, juicio, etc. Sin embargo, no son tan graves como para impedir que la persona lleve su vida como siempre.
A grandes rasgos, el deterioro cognitivo leve se puede dividir en amnésico y no amnésico (que provoca problemas de memoria y que no); pero una sola persona puede presentar más de un tipo de deterioro.
Ya que este padecimiento se encuentra en el límite entre los olvidos normales y una demencia leve lo más importante para determinar si existe deterioro cognitivo leve en una persona o no, es acudir con un profesional.
Un profesional realizará estudios neuropsicológicos y neurológicos para saber si las quejas están fundamentadas y efectivamente hay un deterioro cognitivo anormal. Esto lo decidirá basándose en las pruebas, testimonios de familiares, la escolaridad de la persona y su desempeño esperado.
Otros aspectos importantes para realizar el diagnóstico son la historia clínica de la persona, si hay otras personas en su familia con deterioros cognitivos y especialmente útil: incluir a las personas cercanas al individuo en el diagnóstico, para que den testimonio sobre los cambios que ha tenido.
Finalmente, un aspecto que afecta gravemente las funciones cognitivas es la depresión. Un adulto mayor deprimido está en mayor riesgo de desarrollar afecciones de la memoria por lo que es siempre importante realizar un perfil afectivo-emocional.
Una vez que se tiene el diagnóstico, se ha comprobado que no se tiene alguna demencia más grave, sin embargo, el riesgo de posteriormente desarrollar Alzheimer o alguna demencia se incrementa para estas personas.
Por esto es importante realizar un diagnóstico desde que se detectan deterioros cognitivos, una vez que se tiene claro el motivo, se pueden realizar actividades para mitigar el daño y planear a futuro en caso de ser necesario.
Algunas de las cosas que ayudan a mantener a raya el deterioro son realizar actividades que estimulen la vida social, actividades que estimulen la mente y mantenerse activos.
Es importante aclarar, que no todas las personas con deterioro cognitivo leve progresan a una demencia, y que en un número considerable de casos hay una mejora de la condición.
Por Equipo GERICARE
Fuentes
Basado en la conferencia “¿Cómo reconocer el Deterioro Cognitivo Leve?” a cargo de la Mtra. Cristina García, impartida el pasado 27 de Febrero 2018 en las instalaciones de Gericare.
Alzheimer’s Association. (s.f.). Mild Cognitive Impairment. Recuperado el 26 de Febrero de 2018
Rosselli, M., & Ardila, A. (2012). Deterioro Cognitivo Leve: Definición y Clasificación. Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias.