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Estrés y agotamiento del cuidador
Las demandas de la prestación de cuidados pueden ser agotadoras y abrumadoras. Pero hay pasos que puedes tomar para frenar el estrés y recuperar esa sensación de equilibrio. Es muy común que las tareas de cuidado, sobre todo cuando se realizan por mucho tiempo y sin apoyo, generen situaciones de desgaste físico, mental y emocional.
Te presentamos algunas señales de alarma y algunos consejos para mitigar sus efectos.
Signos y síntomas comunes del agotamiento del cuidador
- Tienes mucha menos energía de la que tenías antes.
- Enfermas con mayor frecuencia.
- Estás constantemente agotado, incluso después de dormir o tomarte un descanso.
- Descuidas tus propias necesidades, ya sea porque estás demasiado ocupado o porque ya no te interesan como antes.
- Tu vida gira en torno al cuidado, pero te da poca satisfacción.
- Tienes problemas para relajarte, incluso cuando hay ayuda disponible.
- Eres cada vez más impaciente e irritable con la persona que estás cuidando.
- Sientes impotencia y desesperación.
Algunas estrategias
- Aceptar ayuda.
- Enfócate en lo que puedes proporcionar.
- Establece objetivos realistas sobre el cuidado.
- Mantente conectado.
- Busca redes de apoyo.
- Busca apoyo social o asesoría con especialistas.
- Encuentra programas de gobierno o comunitarios.
- Considera un cuidador de relevo.
- Establece metas personales para cuidar tu salud.
- Consulta a tu médico con frecuencia.
Si has experimentado agotamiento físico, emocional y mental producido por haber cuidado durante períodos estables, de extensa duración y alta implicación a personas dependientes. ¡Acércate a GERICARE!
Contamos con asesoría gratuita y apoyo para cuidadores y familias.